Durante años, tomé decisiones desde la lógica.
Desde lo que “tenía sentido”, desde lo que el entorno consideraba exitoso, estratégico, razonable.

Y funcionó.

Crecí profesionalmente, construí estructuras sólidas, fui esa mujer confiable que no duda, que decide con firmeza, que responde rápido, que siempre tiene un plan.

Pero hubo un momento —silencioso, casi invisible desde fuera— en el que me di cuenta de algo:
mi mente tenía las respuestas, pero mi alma ya no estaba invitada.

Había aprendido a liderar, pero no a escucharme.
Había perfeccionado la estrategia, pero había olvidado la sabiduría interna.
Y entonces empecé a preguntarme:
¿Y si mi intuición no es un lujo espiritual, sino una herramienta de liderazgo real?

La intuición como músculo olvidado

Tal vez tú también lo sientes.

Tienes una vida organizada, metas claras, impacto real en lo que haces. Y sin embargo, hay algo que no se puede medir en KPI ni poner en un pitch:
esa voz interna que a veces susurra y a veces grita.

Esa sensación de saber algo… antes de que puedas explicarlo.
Esa certeza inexplicable que te dice que ese “sí” es un “no”, que ese proyecto ya no vibra, que ese camino que parece correcto no es el tuyo.

Durante años desconfié de esa voz.
Hasta que entendí que esa voz era yo.

Y que si realmente quería liderar mi vida desde un lugar pleno y alineado, tenía que aprender a canalizar mi intuición como canalizo mis ideas: con claridad, con presencia y sin miedo.

Lo que cambió cuando empecé a usar mi intuición como guía

No fue mágico. Fue valiente.
Porque escuchar tu intuición también significa soltar el ruido externo.
Romper la adicción a lo lógico.
Dejar de buscar validación en lo que “parece profesional” y empezar a habitar lo que se siente verdadero.

Desde que empecé a tomar decisiones alineadas con mi intuición, todo se movió. Y no, no todo fue fácil. Pero sí todo fue más mío.

  • Dejé proyectos que daban prestigio, pero no paz.
  • Abracé cambios sin garantías, pero con alma.
  • Aprendí a distinguir entre la intuición y el miedo.
  • Y encontré una forma de liderar que no me dejaba vacía por dentro.

Eso es ser una CEO del alma.
No es solo dirigir equipos, negocios o agendas.
Es dirigirte a ti.
Con presencia. Con autenticidad. Con sabiduría interna.

¿Cómo se cultiva esa intuición poderosa?

No hay fórmula, pero sí hay prácticas.
Y todas parten del mismo lugar: el silencio dentro de ti.

Aquí te comparto algunas que me han transformado:

1. Espacio sin ruido

Tu intuición no compite con el ruido. No grita.
Por eso, necesito momentos sin pantallas, sin “input”, sin agenda. Solo espacio. A veces solo 10 minutos al día cambian todo.

2. Preguntas lentas

No me exijo respuestas inmediatas. Me hago preguntas y dejo que el cuerpo hable. A veces, la respuesta llega en forma de suspiro. De una imagen. De una certeza suave.

3. Movimiento consciente

Caminar sin destino. Escribir sin filtrar. Respirar profundamente. Todo eso me ayuda a volver a mi centro. A reconectar con lo que siento, no solo con lo que pienso.

4. Ritualizar la conexión

No lo trato como un extra. Lo convierto en un hábito sagrado. A veces con velas, a veces con música, a veces con solo cerrar los ojos. Pero siempre con intención.

Estás lista para algo más profundo

Si has leído hasta aquí, hay algo dentro de ti que ya lo sabe:
que el éxito externo no compensa el vacío interno,
que puedes construir con la mente, pero necesitas sostenerte con el alma,
y que la mujer en la que te estás convirtiendo no se guía solo por el ruido de afuera…
sino por la verdad que late dentro.

Tu intuición no es algo que debas “merecer”.
Es algo que ya vive en ti.
Solo estás recordando cómo escucharla.

✦ Una guía íntima para volver a ti

He creado un Workbook exclusivo para mujeres que, como tú, ya tienen logros por fuera… pero buscan reconexión por dentro.

Una herramienta delicada, profunda y muy tuya para trabajar en tus áreas de vida más importantes, tu mentalidad y tu mundo interno.
No es urgente. Es necesario.
Y si algo de este texto te movió, si sentiste esa “cosita” en el pecho…
ya sabes que es para ti.